Era un momento ansiado por todos. Por el diseñador y por la ciudadanía en su conjunto, que quería ser partícipe de un hecho histórico: Una pasarela de moda en la Galería Dorada del Palau Ducal. Y solo podía ser Miquel Suay, con su colección Coratge, el que podía hacer posible que el lugar donde residió San Francisco de Borja —entre otros ilustres— se llenara de modelos, amigos, periodistas y políticos. Lo hizo y triunfó, como se demostró por la ovación final.
It was a moment longed for by all. For the designer and for the citizenry as a whole, who wanted to be part of a historic event: A fashion catwalk in the Golden Gallery of the Palau Ducal. And it could only be Miquel Suay, with his Coratge collection, who could make it possible for the place where San Francisco de Borja lived —among other illustrious people— to be filled with models, friends, journalists and politicians. He did and he triumphed, as evidenced by the standing ovation.